Actualmente, una de las principales problemáticas globales es la deforestación. En Colombia, la ganadería es una de las causantes fundamentales de esta situación, pues se talan millones de hectáreas de bosques y selvas nativas al año para la alimentación y manutención del ganado. Las regiones más afectadas por este fenómeno han sido el Meta, Caquetá y Casanare, debido a que en estas zonas la principal actividad económica es la ganadería extensiva.
Una gran opción para combatir la deforestación en estas áreas, son los árboles de Cacay, la cual es una especia nativa de la Amazonía y Orinoquía colombiana. En estas regiones se encuentra Cacay silvestre, y al darle valor al árbol a traves de nuestro aceite de Cacay, promovemos el cuidado de esta especia exótica y tan importante. Cada árbol es una gran fuente de nuez de Cacay y absorbe grandes cantidades de CO2. Por eso, cuidar cada árbol de Cacay y su entorno es de gran beneficio para el medio ambiente.
El aceite es extraido de las nueces por medio de un proceso completamente sostenible, llamado prensado en frío. En el proceso de extracción de aceite no se genera ningún desperdicio. La cáscara y la concha de la nuez sirven como abono orgánico, mientras que la harina obtenida en el prensado en frío es una gran fuente de proteina para el ser humano. Con esta harina se pueden elaborar batidos saludables, tortas, pancakes y otras delicias culinarias.
A comparación con la mayoría de productos del cuidado de la piel, el aceite de cacay es un producto 100% colombiano, cruelty free y no contiene ninguna sustancia química o parabenos.